lunes, 22 de abril de 2013

La chica de la estrella tatuada


"ÉRASE UNA VEZ una chica con una estrella tatuada en la muñeca.
Siempre había sospechado que esa imagen era especial, no era un tatuaje cualquiera, pero su sospecha no quedó confirmada hasta esa tarde.Se trataba de un día sorprendentemente tranquilo en la habitualmente agitada vida de nuestra protagonista. Por primera vez en mucho tiempo había decidido darse un respiro y no imponerse ninguna tarea, únicamente...relajarse.

Salió a pasear al atardecer, sin rumbo, hipnotizada por el susurro de su inseparable reproductor de música .
Una apacible sensación de calma felicidad la invadía , una media sonrisa iluminaba su cara mientras disfrutaba simple y llanamente observando mientras caminaba, sin prisa.

Era la misma ciudad en la que vivía desde hacía 7 años, el mismo barrio que recorría diariamente , pero esa tarde había magia en el cotidiano paisaje.
El agua de la ría emitía unos reflejos rojizos y el barroco teatro de blancas paredes se erguía más brillante que nunca al otro lado del puente. Un ambiente festivo flotaba en el aire; el bullicioso diálogo de amigos que celebraban el inicio del fin de semana, risas de los niños que estiraban los últimos minutos de juego en el parque y un misterioso músico callejero situado en mitad del majestuoso puente, se encargaba de dar ritmo a cada paso de los viandantes con su batería hecha con cubos de pintura reciclados.

Atraída por la música,se paró delante del músico, le sonrío y alargó su brazo para darle algunas monedas.
En ese momento notó un suave cosquilleo en la muñeca y su estrella emitió un leve parpadeo y a continuación, un apagón.
Toda la ciudad se sumó en una extraña oscuridad, únicamente los últimos rayos de sol, iluminaban débilmente en tonos rojizos las fachadas y aceras de la urbe.
Cómo una curiosa amante de la fotografía que era , la joven sacó su móvil para hacer fotos a ese extraño paisaje cálido y oscuro al mismo tiempo.
Imaginaba que sin flash, y dada la mediocre calidad del aparato el resultado sería pésimo pero no perdía nada en intentarlo.
Cuándo llegó a casa, todavía sorprendida por ese extraño momento, dejó descargando distraidamente las fotos mientras su inseparable felino ronroneaba dándole la bienvenida.
Alumbró unas velas, colocó un pequeño cono de incienso tailandés bajo el sonriente buda que presidia su salón, encendió música y con calma se sentó en el sofá para ver el resultado fotográfico de su extraño paseo.
Sus ojos no daban crédito a lo que vio en la pantalla. Sorprendente e inexplicablemente, todas las imágenes obtenidas compartían un punto de luz clara, brillante,que daba un aspecto mágico a esos lugares recorridos en la oscuridad.
Revisó las imágenes una y otra vez, no era posible, no había ninguna iluminación cuándo tomó las fotografías incluso la enorme escalera de su edificio estaba a oscuras.
En ese momento, una ráfaga de aire se coló por la ventana del salón apagando de golpe todas lasvelas, instantáneamente , sintió un cálido cosquilleo en la muñeca y un tenue centelleo surgió de su estrella, supo lo que significaba.
No estaría nunca más sóla en la oscuridad,no volvería a tener miedo de las sombras, su estrella siempre daría luz para ella.
Esa noche, por primera vez en casi dos años, durmió tranquila.


By Bea Abril 2013.


Abril 2013. By Eraseunavez Babea



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